RAPSODA DE NEÓN.
RAPSODA DE NEÓN.
Le gusta deambular por
las calles solitarias en esas horas inciertas en que la mañana empieza a
dibujar su boceto del día. Entretiene tiempos imaginando sonetos de amor que luego,
con ágil pluma, manuscribe en ilustrados papeles, de esos que venden por
pliegos, en las decoradas papelerías. Cuando nadie lo ve ensaya dulces
declamaciones para si algún día se atreve a dar rienda suelta a su escondida
afición de rapsoda. Pero, mientras ese día llega, malgasta talentos esculpiendo
sus músculos en hacinados gimnasios, practicando trucos de ataque y defensa,
compartiendo lenguajes soeces con fornidos compañeros… Y luego, cuando empieza
a caer la tarde, se enfunda en su traje macarra para custodiar puertas
ataviadas con luces de neón en las noches salvajes.
María J. Llanos
Comentarios
Publicar un comentario