UN MAR DE DESENCUENTROS (2)

DÍA  20 DE ABRIL.

TRIGÉSIMO SÉPTIMO DÍA DE CONFINAMIENTO Y SERENOS. ¡QUE NO NOS FALLEN LAS FUERZAS! ¡RESISTIREMOS!





          UN MAR DE DESENCUENTROS (2)

“Te devuelvo le aire”, dijo ella, y salió de la casa dejando un rastro de puertas y  ventanas abiertas de par en par. A él no le dio tiempo a reaccionar. Se quedó allí, suspendido en un gesto de interrogación, mientras miraba el bamboleo de cortinas tras aquella corriente de aire que entraba ahora a remover la casa.
No hizo ningún ademán para salir detrás de ella y detener sus pasos. Todo estaba dicho ya. Pero verla alejarse no evitó que se le quedara en el alma un trocito de resquemor, un rincón lleno de palabras que nunca se atrevió a pronunciar. Cómo decir, sin causar dolor, que no la quería en su vida, que le robaba la ganas de vivir, que se sentía prisionero de sentimientos que hacía tiempo habían volado de su corazón, que le faltaba el aire, que se ahogaba… Intentó mandar señales, desasirse de una convivencia monótona, desencantada, manejada por la prisa, el trabajo, el disimulo… De nada sirvió. Pero aquella tarde, después de que ella le sometiera a un tercer grado de preguntas, se atrevió a verbalizar lo que durante tantos días venía sintiendo. “Me quitas el aire”,le dijo, y ella no respondió. Se ocultó en un silencio prolongado de días hasta que tuvo fuerzas para mirarle a la cara y, sin que le temblara la voz, le obsequió con la frase que tantas veces había ensayado delante del espejo: “Te devuelvo el aire”, le espetó, y salió de su vida dejando tras de sí un mar de desencuentros y un corazón vacío.

María J. LLanos

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