ME PUEDEN LOS SILENCIOS
DÍA 12 DE ABRIL
VIGÉSIMO NOVENO DÍA DE CONFINAMIENTO. ¡RESISTIREMOS!
VIGÉSIMO NOVENO DÍA DE CONFINAMIENTO. ¡RESISTIREMOS!
ME PUEDEN LOS SILENCIOS.
La vida permanece suspendida en el hilo de una cometa a la
que el viento mueve a su antojo; unas veces hace equilibrios en una extremada
calma y otras se sumerge en un vertiginoso vaivén desacompasado.
Me despiertan los
silencios de la noche, cerniendo sobre mí negros presagios, en esta eterna
pesadilla de puertas cerradas. Espero a que pase el alba para ver si escucho de nuevo
las voces de los niños camino de la escuela y ese ras ras de mochilas con ruedas, reventadas de
libros, invadiendo calles y aceras. Pero no hay nadie, por más que abra de par
en par los postigos de mi balcón y asome mi cara curiosa y mire inquieta en
todas las direcciones. Fuera no hay nadie; no hay nada.
Me duelen los silencios, aunque sean rotos por el alegre
cantar de gorriones disputándose las ramas de los árboles. Me pueden las tardes
calladas donde solo la lluvia, azotando cristales, se erige en compañera de
este inesperado destierro.
Una primavera viva se detiene delante de mi ventana
configurando un cuadro agradecido de luces, colores y olores que se irán
perdiendo sin que ni tú, ni yo, ni nadie podamos disfrutarlo.
María J. Llanos


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