EL ÚLTIMO TREN (MICRORRELATO)
DIA 18 DE ABRIL.
TRIGÉSIMO DÍA DE CONFINAMIENTO. NOS SOBRAN LOS ÁNIMOS.¡ AHÍ VAMOS!
TRIGÉSIMO DÍA DE CONFINAMIENTO. NOS SOBRAN LOS ÁNIMOS.¡ AHÍ VAMOS!
Y PASÓ EL ÚLTIMO TREN.
(MICRORRELATO)
Lucía había llegado temprano a la
estación. Como cada mañana ocupó el banco más cercano a la puerta de la cafetería.
Hoy tenía la corazonada de que el tren que esperaba llegaría en hora haciendo
su entrada triunfal por el andén número 2.
Esperaba que cuando las puertas del convoy se
abrieran aparecería él, exhibiendo su abierta sonrisa, con los brazos
extendidos para acogerla y estrecharla en un abrazo que a ella le parecería
eterno. Estaba segura que lo reconocería por más que los años hubieran hecho
mella en su figura. Cómo olvidar aquel rostro que cada día cobraba vida en sus
recuerdos y en sus sueños: sus ojos inyectados de luz, sus labios delineados de
armonías perfectas, el hoyuelo coqueto en su barbilla, la calidez de su voz,
sus manos inquietas consolando sus lágrimas, la robustez de sus músculos
estrechando la fragilidad de su cuerpo en aquel adiós inesperado…
Fue el Jefe de Estación el que truncó sus
ilusiones de hoy al agitar el banderín que daba la salida al último tren.
Cabizbaja y encogida, Lucía se aferró a su
bolso y, como cada noche, abandonó el andén de la estación. Quizás mañana,pensó, mientras sentía desvanecerse el latido agitado de su corazón.
María J. Llanos
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